domingo, 27 de octubre de 2013

Mismo sitio, mismo lugar.





     -¡Parras! una caña -grito al camarero y me siento en la mesa con
mis amigos.
    -Llegas tarde ¿de dónde vienes?- me pregunta un contertulio.
    -He estado en la mota, el paseo que une los dos molinos. He visto
amanecer. El sol ha salido por detrás de las salinas y como había un
poco de bruma, el cielo se ha enrojecido tanto que bien parecía un
incendio en las naves de la salinera. ¡Ha sido precioso! además, la
charca de la salinera estaba plagada de flamencos y de vez en cuando
algún mújol saltaba a su alrededor haciéndolos dar unos saltitos muy
graciosos. Ha sido un paseo genial tenéis que probarlo. . .
   -¡Pues yo he estado allí a la amanecida y no he visto nada de lo que
cuentas! -me dice una persona que estaba sentada en otra mesa y
que parecía muy interesada en la conversación.
  -¿Esta mañana? le replico.
  -¡Sí, esta mañana, a la amanecida!- me responde con un poco de
sorna.
   -Pues estaba yo . . . -pienso dubitativo- y un ciclista que iba muy
rápido, tanto, que en el tiempo que he estado ha dado más de diez
vueltas entre los dos molinos.
  Se queda mirándome con gesto de aprobación, dándome a entender
que el ciclista era él.
  -Amigo, creo que hemos estado en el mismo lugar, y a la misma hora,
la diferencia es que yo he mirado para ver y usted lo ha hecho para
correr.

jueves, 24 de octubre de 2013

Antes como ahora . . .


   La luna de nácar ilumina con su  blanco manto la estampa
de los enamorados que juntan sus caras y se miran con pasión.
    - Miro la luna y pienso que dentro de miles de años, en este
mismo lugar, habrá una pareja como nosotros mirándose. El chico
intentará besar a la niña de sus ojos- le dice él mientras sus labios
se van acercando a los de ella- y después . . .
   - Pues dentro de miles de años la chica le dará una bofetada si
él no retira su mano del pecho de ella -le contesta quitando la mano
del chico de su pecho.
  - Bueno, tenía que intentarlo ¿no?
Ella se levanta con actitud picaresca y le dice:
   -Si no lo hubieses intentado te abría cogido la mano y . . .
¡la hubiese puesto en mi pecho!
Y comienza a correr con ese juego del "corre que te pillo, que me
dejo pillar"
 Moisés, tras levantarse rápidamente, comienza la persecución de
Séfora mientras ella le grita:
  -¡Si llego a la jaima de mi padre tendrás que esperar esos miles
 de años en los que pensabas . . .!


Nota del autor: No tuvieron que esperar tanto.

martes, 22 de octubre de 2013

Somos lo que vivimos





  -Mamá, ¿Qué está mirando el abuelo, ahí sentado en el banco?
  - No lo sé, mi niña ¿Porqué no se lo preguntas? Le dice la madre
a la niña, de pelo rubio platino y ojos verdes como profundo mar.
  - ¡Abu, abu! ¿Qué estás mirando tan fijamente? yo no veo nada . . .
  - Mi niña, yo veo un rosal, cuyas rojas rosas aún me traen su olor a
mis recuerdos . . . estaba justo ahí, sí, ahí delante mío y a mi lado . . .
a mi lado -le dijo a su nieta sosteniéndole la mano y mirándola a los
ojos- alguien que tenía tus mismos ojos . . .

sábado, 19 de octubre de 2013

El turista del tiempo. Armando Manrique

  Esta poesía está inspirada en mi amigo Armando Manrique y en su
 Se lo quiero dedicar porque así es como le veo cuando visita esos 
lugares que tan bien nos muestra en sus fotos( la foto de abajo es 
suya, sacada de su blog), no dejéis de visitar su blog, es una 
maravilla y, además, ahora ha presentado su libro "hombre al sol"
en su propia tierra, Valladolid.
 Como decimos los españoles: "Profeta en su propia tierra"
Un fuerte abrazo amigo Armando.

Iglesia de Santa María de la Antigua. Valladolid



El viajero del tiempo
tiende a sedar sus nervios a la vista
de la piedra fundida en verde musgo,
del arco ojival ciego,
del vitral emplomado,
del forjado de un gozne,
del diseño en la aldaba.

Sus ojos serpentean
ávidos del asombro
para encontrar la rana entre las conchas,
la mirada asesina de una gárgola,
la quimera por cuya boca
desagua el canalón.

Pasea por las calles empedradas
en busca de sorpresas:
El ventanal abierto,
tras el cual, mancillada ha sido
la honra de la lozana casadera.
Estigma del eterno, el Casanova.
El blandir de la espada
que defiende el honor de la doncella.

Gusta de saborear platos de cuchara
y poder rebañar la hogaza.
Cumplir la tradición del plato,
romperlo, hacerlo añicos
para, de la pitanza, deleitarse
allí donde la leña,
y su crepitar mágico,
suplen al anodino olor a gas.

Deleitan sus oídos:
el canto del jilguero,
la letanía del viento meciendo el roble,
la afónica mudez atemporal,
El leve tintineo de la lluvia
mojando el adoquín ya desgastado,
el murmullo del aire entre pasillos
-confesiones de amor no escritas-
y el dolor de reproches
cantados a la luz de roja luna.




domingo, 13 de octubre de 2013

Campo



   Hoy han inaugurado un campo en mi pueblo. Sí, mi pueblo, como
se los digo. ¡He ido más contento! Cuando el alcalde ha cortado
la cinta he ido corriendo al charco más grande y con más barro
que he encontrado, tras dos horas metido en él, y con barro hasta
las cejas, los guardas han tenido que sacarme, pues la cola se ha
hecho enorme . . .  Se me caen las lágrimas. Sniff .... (suspirando).
  ¡Cuantos Recuerdos!

domingo, 6 de octubre de 2013

Suspiros.



Los suspiros dan forma al corazón:
"Son diamantes forjados en la vida
y sus aristas tallan la ilusión
mientras que van cerrando la herida"

martes, 1 de octubre de 2013

Magia

  La sonrisa aparecía en su rostro cada vez que me miraba.
Ella lo hacía al descuido cuando, abstraído, no dirigía mis
ojos hacia los suyos, pero yo me daba cuenta de ello.
  Estuvimos así, en ese juego de miradas, durante el tiempo
que duró su café. Entonces se levantó, pasó junto a mí
-aún recuerdo su perfume-, y el volante de su falda rozó
la manga de mi camisa impregnándome de una sensación
indescriptible. Al salir por la puerta me miró, y adoptando
sus labios una  pose de corazón, me envió un beso . . .
  Vuelvo cada día para verla, pero no me atrevo a hablar
con ella, solo la contemplo mientras ella se sonríe, no
quiero que se rompa la magia . . .