domingo, 30 de noviembre de 2014

Haikus otoñales.




  Gotas de lluvia
en silencio partidas
 vuelven al ciclo.

                            Corrida de agua
                            es sonido otoñal
                            y de infiernillos.

   En el jardín
hojas amarillentas
  lucen de otoño.

                           Nubes en gris
                    y goznes que chirrían
                        otoño agüeran.

viernes, 28 de noviembre de 2014

Malos tiempos

Cuando la soga aprieta
te agarras a la vida por derecho; 
mas no basta saber 
dónde y cuándo coger 
las riendas del destino,
también hay que querer.

sábado, 22 de noviembre de 2014

Hay que mirar a todos los lados.

  La noche me había sorprendido en medio de ninguna parte y los ruidos nocturnos comenzaban a medrar mis escasas fuerzas. Miré en derredor escudriñando cualquier resguardo que se me ofreciera con la escasa luz que aún se me ofrecía a la vista. No muy lejos de donde me encontraba, un camino hacía su requiebro perdiéndose en la negrura, me envalentoné y corrí para situarme en ralo privilegio encima de una roca que hacía de testigo siguiendo un camino que se me antojaba de parada y posta.
    El frío pronto me tenía tan aterido que más pareciera un mimo descoyuntado que el hombre perdido en medio de la noche. El camino estaba muy limpio, llano y libre de empedrado así que más temprano que tarde alguien debería pasar junto a mi atalaya y entonces saltaría sobre el carromato y todos mis miedos se disiparían al ponerme a salvo. En ello estaba cuando los cascos de lo que intuía un caballo, se comenzaban a oír cada vez con más insistencia; me acuclillé para saltar en medio de la oscuridad, el frío y el mucho miedo que yo mismo me había metido en el cuerpo. Cuando intuí que el traqueteo del que provenía el ruido estaba bajo mi atalaya, salté a la aventura y lo único que encontré, y por ende a donde pude agarrarme, fue un rabo de un animal, tan grande como la coz que me atizó en plena nalga y, como estaba agarrado al rabo, la inercia hizo que mi cuerpo quedara de nuevo al alcance de tan certero pernil, así que, magullado allí donde la espalda pierde su razón de ser, me solté de la liana de hueso y carne para caer en el duro camino y casi perder el conocimiento.
   Para cuando me pude levantar, un carruaje se acercó con tanta rapidez que casi se me lleva por delante, eso sin incluir el latigazo que me arreó el cochero gritando algo parecido a que yo era un asaltador de caminos, y no se lo tengo en falta, pues las pintas que a estas alturas llevaba no eran, quizás, las más adecuadas para estar en medio de un camino.
  En vistas de mi éxito, me aparté del camino lo suficiente para que el próximo carro no se me llevara por delante, pero quedando a salto de mata por si pudiera cogerme a su parte de atrás sin ser visto. pues ya había comprobado que en la noche nadie iba a parar para auxiliar a un extraviado en medio de la oscuridad.
   Volvieron los ruidos de cascos y con ellos mis escozores allá donde me habían flagelado así que con sumo cuidado me aposté junto a la roca y, cuando hubo pasado el carromato, me situé detrás de él, pero también delante del perro que auxiliaba al cortejo y éste me dejó sin pantalones, amén del latigazo que me arreó el arriero pensando que estaba haciendo daño a su can, cosa que al final agradecí pues el dichoso hijo de perra me soltó para unirse en bendita comunión a su amo mientras les veía perderse por el camino.
   Magullado, dolorido y con el sentimiento de que todo iba a salirme mal esta noche, me enderecé como pude para poder seguir el dichoso camino que ya se me estaba atragantado, cual fue mi sorpresa al ver, junto al requiebro del camino, una posada con sus luces y todo. No la había visto porque no miré en esa dirección ni una sola vez, me obcequé con el camino y no advertí de otras posibles salidas. Una lágrima asomó por mi pupila junto a una sonrisa que se transformó en mueca de dolor cuando comencé mi peregrinaje a tan conmovedora visión para mis ojos.






jueves, 20 de noviembre de 2014

En cadena dos

- Cuando todo queda dicho entra a hablar el silencio.

- El silencio enfada al enojado.

- Enojarse te aleja de la razón.

- Razón sólo hay una, sólo depende de quien la mire.

- Mirar para ver es querer hacer las cosas bien.

- Hacer las cosas bien eleva tu espíritu.

- El espíritu tiene independencia; pero depende de tu estado.

- El estado no se elige; se vive.

- Vivir es un compendio de eventualidades cuyo axioma eres tú mismo.

- Ser tú mismo implica compartir tus silencios cuando todo queda dicho.


martes, 18 de noviembre de 2014

Algo que decir.








Las torpezas no me abandonan, han hecho parada y fonda.

Estar parado evoca partituras de fado.

Aunque el espejo niegue cualquier vestigio, sigo siendo yo.

Las sombras son lo que son: un reflejo de lo que queremos ver.

Habitar no significa que vivas, a veces sólo habitas para sobrevivir.

Si no puedes cambiar muda las cosas de sitio.

No intentes lo que no puedes hacer, pero sí haz lo que puedas.

Auto consolarse te adentra en una espiral sin fin.

Mirar hacia detrás, sólo hace que te pares.

Cuenta contigo, eres tu mejor confidente.


domingo, 16 de noviembre de 2014

De bien nacido es ser agradecido.

  Un hombre al que una tribu bereber encontró medio muerto en el desierto se despide de ellos, durante meses le han cuidado salvándole la vida. El jefe le abraza y le ofrece coger aquello que más le guste de su jaima como recuerdo de su estancia entre ellos. El hombre sonríe al jefe bereber, mira a su alrededor y declina el ofrecimiento, sólo una lágrima y el gesto de la palma de su mano abierta sobre su corazón mientras le dice: "siempre os llevaré aquí y eso no me lo puede quitar nadie"

sábado, 15 de noviembre de 2014

Fusión.

   Mantengo la esperanza de otro mundo paralelo en el que mi yo análogo tenga la valentía de ser quién quiera ser, Yo, derrotado y exhausto, me he dejado llevar por este río de la vida en el que remar contracorriente te ahoga, asir las cuerdas tendidas para aguantar te asfixia y bracear para alcanzar la orilla sólo te deja a dos brazas de ella, tan extenuado que ves cómo la Parca te ofrece su huesuda mano en una invitación de hacer paz y alto en el camino. 
    Hay que entender que de todo, sólo yo tengo la culpa, y no es holgazanería -que las fuerzas aún no me faltan-. Más allá de lo que podáis creer, por estas mis letras, sé que mañana al alba un nuevo sol dará la bienvenida a un inédito día y yo seré crisol de ese mundo paralelo: los dos seremos libres por fin; pero para eso . . . tendremos que esperar a mañana. 

martes, 11 de noviembre de 2014

Tiempos de cambio.




   Luces del día,
una nueva mañana:
   recomenzar.

                          Luces al alba,
                     huellas de verismo:
                        impronta muda.

  Amanecer,
epíteto divino:
nuevo horizonte.

sábado, 8 de noviembre de 2014

Con el corazón en la mano.

       Cojo, entre las mías, las gastadas manos de mi madre. Me mira a los ojos y veo en ellos el cansancio del tiempo, la tristeza de haber vivido ya de más y busca un descanso que se le hace cuesta arriba. Su mundo desapareció y el que hoy habita no le interesa.

                - Mamá, ¿quieres que te lleve al cementerio? Es el día de todos los Santos.

               - Hijo, allí no hay nadie, sólo polvo y huesos, los míos están aquí conmigo, "Toicos" los días mi "pare y mi mare", los  "abuelicos", me acompañan- me dice mirando a ambos lados, como si en verdad estuvieran allí.- Ah, por cierto, me han dicho que eres un buen hijo, que ven como "toicos" los días vienes a verme y se fijan en cómo me miras.

               - Claro Mamá, pero ahora descansa.

    Despacio suelto sus manos, me vuelve a mirar y vuelvo a sentir ese vacío sempiterno de quien ha abandonado este mundo hace ya algunos años.