jueves, 28 de enero de 2016

De preguntas y respuestas.

- Las preguntas para las que no tenemos respuestas son la columna vertebral de nuestra existencia.

- Nunca te preguntes aquello que ya sabes: la respuesta no te va a gustar.

- No dejes que afloren las verdades ocultas durante mucho tiempo: siempre hacen daño.

- Oh, ¡Dios mío!, soy un revolucionario... pero ha sido sin querer.

- Si dudas, no hables, solo escucha: aprendes y no metes la pata.

- En la pregunta hallarás la respuesta. Solo tienes que saber qué es lo que quieres conocer de verdad.

- Tú y yo; preguntas sin respuesta.

- Yo y tú; no me preguntes.

- Los dos, ni preguntes ni respondas.

- Cuando mires al cielo, no te preguntes nada; solo disfruta de esta vida maravillosa.

- Cierra tus ojos al mundo; la oscuridad y el silencio te envolverán: ahora eres tú.

- Disfruta de esta vida maravillosa. Lo demás viene solo...

domingo, 24 de enero de 2016

Somos así.

Vuelve a mí el sol
en el amanecer de esta invernal primavera,
con una explosión de claridad lumínica
desbordante y cercana de felicidad.
Los almendros, sorprendidos, florecen
en todo su esplendor,
ofreciendo esa visión espectacular
a quien sabe mirar.
El mar ¡ay, el mar! Cadencia sonora,
azul políglota exento de pasaporte, apátrida,
colaborador necesario en nuestras torpezas,
en nuestro afán de erigir líneas allá donde no las hay.
Vuelve a mí el sol en busca de vida,
para mostrar que todo es nada
que esta larga vida pasa tan deprisa
como efímera es.
Todo circulo es imprevisible en sí mismo:
la entrada asimila trazas de salida
en las que no hay vuelta atrás.
Somos únicos e irrepetibles,
lo que implica tener fecha de caducidad:
solo tenemos que darnos cuenta.

 





miércoles, 20 de enero de 2016

Del más allá.

   Cuando me descolgué para entrar por la boca del inipi (la cabaña de sudar), la oscuridad cegó mis ojos. El silencio cegó aún más mis sentidos, atorados por la inactividad, morir no estaba en mis planes pero ocurrió. La muerte es así, mueres sin más... y ya no estás; no sientes ni padeces; no hablas; no escuchas; no eres nada, simplemente porque nada queda de ti. Cuando mis pies desnudos tocaron el suelo, un calor seco y sofocante ascendió por mi piel atenazando mi nariz y amenazando con quemar mis pulmones si intentaba respirar. Miré hacia arriba en busca del último rayo de luz que se ahogaba cuando cegaron la entrada. La oscuridad se arropó entorno a mi cuerpo para asfixiar lo poco, o nada, que quedaba de recuerdos en mi desnudo cuerpo. Ahora ya no estoy, solo sé que soy, pero me pierdo en el dónde; en el cómo; en el ser. Y el único pensamiento que logra permanecer fiel a mí... es solo para ti.
 

domingo, 10 de enero de 2016

Por siempre jamás.

   En su mirada deambula desde hace algún tiempo una sombra. Más que dejarse ver, asoma entre tinieblas cuando fija sus pupilas para mirar a ninguna parte. Solo su sonrisa es capaz de despuntar una amanecida en esa niña de sus ojitos que se desvanece como bruma en el mar, en silencio, en busca de una paz que se le niega; solo por el hecho de vivir una vida, tan larga, que ahora añora el óbito de quien fue su amante compaña.
   Junto a su mirada, colgando de su memoria, entrelaza las vivencias que deambulan deslizándose por los surcos de sus pliegues; versando que nada hay peor en esta vida que la desesperanza de sobrevivir con los cuervos que te sacarán los ojos. Mientras, piensa que la vida es muy larga pero que pasa tan deprisa, que las venturas se cuentan en chistes y las desdichas en largos cuentos sin acabar.
    La esperanza de la jubilación del agravio, en el paraíso de una nueva vida, junto a ese ángel que le espera,  y el reflejo en mis pupilas del amor procesado e inmortal, es lo que mitiga, en parte, el dolor de ausentarse de una vida, en la que su concurso, para ella, está de más.

viernes, 1 de enero de 2016

Era él.

   Estaba de espaldas, eso sí, se le veía muy alegre pero, como había tanta gente, me era imposible llegar a él. No hacía más que descorchar botellas y más botellas de cava y sidra, así, que más y más gente se aglutinaba alrededor de él. Llegó un momento que hasta a mí me entró algo de miedo pues era tan joven, tenía tanta prestancia y tantas ilusiones que no pude por menos que pegar un bocinazo, (con mi bocina de los deseos), para que el tiempo se parara un segundo. Todos los presentes se quedaron helados; entonces alcé mi copa, le eché el brazo por encima al 2016 y todos brindamos por el nuevo año. Fue un momento que siempre recordaré. Feliz Año Nuevo y mi deseo es que nos traiga salud a todos, trabajo y cordura para afrontar este año como se merece: con todas las fuerzas y deseos de buena ventura del mundo.